22.5.14

Alcoholismo. Mitos y creencias

imagen curso alcoholismoLas drogas pueden consumirse por diversas vías:

- Fumada (como ocurre con el hachís y el tabaco).
- Ingerida por vía oral (alcohol y drogas de síntesis).
- Aspirada (como la cocaína y el speed).
- Inhalada (como los pegamentos).
- Inyectadas (como en ocasiones la heroína).

Ya sea una u otra la vía elegida, el destino final de la sustancia siempre es el cerebro del consumidor, al que llega a través de la sangre. Una vez en su destino, cada sustancia produce alteraciones específicas.

En el caso del alcohol, la vía de administración es la vía oral, aunque no dudamos de la imaginación de los «consumidores» para crear una nueva, como ha ocurrido con otras drogas.





Los niveles de etanol son habitualmente medidos en términos de concentración en el torrente sanguíneo y este cociente se denomina niveles de etanol en sangre (BAC, Blood Alcohol Levels). Se distinguen 4 etapas básicas desde la ingestión  el alcohol hasta su metabolización o eliminación. Son por este orden, los procesos de Absorción, Distribución, Metabolización y Eliminación.




ABSORCIÓN:

El etanol es consumido, de forma prácticamente exclusiva, por vía oral, como decíamos. La absorción del etanol, tras un consumo oral se produce fundamentalmente en el tracto digestivo. En este sentido, y ya que el etanol es una molécula que no puede ser ionizada, el pH de ninguno de los compartimentos del tracto digestivo parece presentar influencia alguna en este proceso.

El  alcohol es una sustancia de bajo peso molecular, por lo tanto, es una sustancia que pasa fácilmente por las membranas de manera que cuando se ingiere alcohol este empieza a ser absorbido a nivel de la boca, esófago y estómago, pero el principal sitio de absorción es el intestino porque es aquí donde se encuentra la mayor superficie de contacto... no hay barreras para el alcohol. El alcohol se absorbe siguiendo una cinética de primer orden, más alcohol entra al organismo mientras más se tome.

El etanol se absorbe fundamentalmente en el intestino delgado, debido a que en este órgano la presencia de microvellosidades aumenta de forma notable la superficie que posibilita dicha absorción.

La duración media del proceso gástrico de absorción del etanol ha sido cifrada en 1,7 minutos. En cualquier caso, este tiempo depende también de la dosis, ya que incrementando ésta se aumenta el tiempo de absorción. Por otra parte, existen una serie de factores que parecen afectar los procesos de incorporación-absorción y, en consecuencia, de biodisponibilidad. Entre estos cabe destacar (Holford, 1987):

- El tiempo que el etanol permanece en el estómago no sólo produce un retraso en la absorción desde el intestino, sino que permite su metabolismo a través de los sistemas enzimáticos contenidos en este órgano. Esta latencia hacia el intestino se ve incrementada por factores tales como la presencia de comida sólida en el mismo.
- Por el contrario, está dilación se ve reducida por la gasificación de las bebidas alcohólicas o la administración concurrente de antagonistas de los receptores histaminérgicos H2 .Estos factores delimitan la concentración máxima de etanol en sangre pero no parecen modificar el curso temporal del mismo.
- Las diferencias genéticas en los enzimas capaces de metabolizar el etanol pueden producir importantes variaciones en la biodisponibilidad de esta sustancia. En este sentido el polimorfismo del enzima alcohol (ADH) puede producir importantes diferencias en los niveles de etanol en sangre. En este sentido, el menor nivel de expresión de este enzima en mujeres, propicia mayores concentraciones de etanol en éstas que en varones ante consumos idénticos. También existen diferencias raciales, constatándose una menor actividad de la ADH en la mucosa gástrica de los orientales respecto a los caucásicos.
- El nivel de concentración de las diferentes bebidas alcohólicas también produce importantes diferencias en la velocidad de absorción. Así, existe una relación de U invertida entre concentración del preparado etílico y dicha velocidad, alcanzando ésta su nivel máximo cuando la concentración de etanol se sitúa en torno a un 40 %.
- El nivel de circulación sanguínea es inversamente proporcional a la máxima concentración de etanol en sangre que se obtiene.
- Pese a que históricamente ha existido cierta controversia al respecto, el momento del ciclo menstrual no parece poseer ninguna influencia en la farmacocinética del etanol.

 
DISTRIBUCIÓN:

Una vez absorbido el alcohol se distribuye por todo el organismo y dependiendo de la concentración de agua que contenga cada tejido es el daño que ocasiona. El alcohol se distribuye por nuestro organismo con mayor facilidad en los medios acuosos que en los lipídicos y puede acceder al torrente sanguíneo desde la cavidad oral, el esófago, el estómago, y los intestinos.

Respecto a su distribución, el alcohol llega a todo el organismo por lo que su volumen de distribución es de 42 litros, que es aproximadamente la cantidad de agua que hay en el organismo. El alcohol no se fija a ningún tejido ni se une a las proteínas del plasma y pasa fácilmente la barrera hemato-encefálica y la placentaria.

El alcohol se distribuye por el cuerpo hacia el Sistema Nervioso Central, debido a esta difusión más allá de los efectos psíquicos del alcohol, que son los que primeramente se perciben, el alcohol actúa también sobre los diferentes órganos del cuerpo. Los daños corporales se producen, por tanto, con el uso continuado de cantidades de alcohol que el organismo tiene dificultades para metabolizar, aunque el consumidor no perciba ningún peligro.

Como la absorción se inicia en el estómago, los efectos son más rápidos, por ello las personas sienten de inmediato un cambio que les hace comentar el típico «ya estoy con el punto». Cuando la cantidad de alcohol ingerido es exagerada, se produce un espasmo del píloro que ocasiona náusea y vómito.


METABOLIZACIÓN:

El tejido hepático metaboliza entre el 80 y 90 % del alcohol ingerido y otros como el riñón, el músculo cardíaco y los testículos, también intervienen en este proceso, por eso son los más dañados cuando se consume con exceso.

El primer metabolito del alcohol es el acetaldehido (ACCHO) que es un metabolito muy reactivo.

-    La principal vía de biotransformación es a través de la alcoholdeshidrogenasa (adh), que es una enzima citosólica que trabaja con NAD el cual transforma a NADH. Este sistema se satura rápidamente con el alcohol porque la cantidad de alcohol que se ingiere es muy alta.

-    Una segunda vía pero de importancia menor, es el sistema microsomal semejante al que se vio con relación a los otros fármacos; en este caso se denomina MEOS por Microsomal Hepato Oxidation Sistem, y este sistema como todo sistema microsomal requiere de NADPH que se transforma en NADP y existe consumo de oxígeno. Este sistema microsomal se induce por el consumo crónico de alcohol, por lo tanto, adquiere importancia cuando el consumo de alcohol es crónico o cuando las ingestas son muy altas.

-    Un tercer sistema es el sistema de la catalasa el que sólo adquiere importancia cuando las ingestas de alcohol son muy altas.

En estas tres vías de oxidación del alcohol tenemos como producto al ACCHO, y este ACCHO es oxidado posteriormente por la aldehidodeshidrogenasa de la que existen varias isoenzimas siendo la más importante la que se encuentra a nivel de la mitocondria. Esta enzima requiere NAD que es transformado en NADH, y el metabolito que se adquiere de la metabolización del ACCHO es el acetato. Este acetato sale a la circulación y es transformado por los tejidos periféricos a CO2 y H2O.

Cuando se ingiere alcohol, prácticamente no se encuentra ACCHO en la sangre y esto es debido a la gran eficiencia que posee la aldehidodeshidrogenasa.


ELIMINACIÓN:

El alcohol no abandona el organismo inmediatamente después de su ingestión. Una pequeña parte, de 2 al 8 %, se elimina con el aire expirado y con la orina y el sudor. La mayor parte es conducida al hígado (el 90 % del alcohol es biotransformado), en donde, primeramente, se convierte en aldehído acético y, después, en ácido acético, como explicábamos anteriormente. El ácido formado se metaboliza posteriormente en el organismo y sus productos finales son el anhídrido carbónico y agua. Este proceso metabólico es el que da al alcohol su elevado valor calórico. El alcohol tiene alrededor de 7 calorías por gramo. Las calorías que se obtienen del alcohol se consideran «vacías», ya que éste no contiene otros nutrientes beneficiosos, tales como vitaminas y minerales.

 El alcohol desaparece del organismo con una rapidez prácticamente constante, independientemente de que el individuo se halle en un ambiente caliente o frío, de si está en la cama o realizando ejercicios violentos.

El volumen de alcohol que se elimina del organismo, por unidad de tiempo, varía ligeramente de una a otra persona, y es algo mayor en los hombres que en las mujeres.
   
Un adolescente varón, de 65 Kg. Aproximadamente, necesita más de ocho horas para eliminar totalmente el alcohol de su organismo, y su alcoholemia no se sitúa dentro del límite legalmente autorizado para conducir hasta las seis horas. En el caso de una mujer, con un peso medio de 55 kg, la eliminación total no se produce hasta pasadas diez horas, y hasta las ocho horas su alcoholemia supera el límite legal para consumo.

De igual modo, la mujer tiene un nivel más bajo de alcoholdehidrogenasa (principal enzima del metabolismo del alcohol), por lo que absorbe más cantidad de alcohol que pasará a la sangre El tiempo que el organismo tarda en liberarse del alcohol también depende del volumen ingerido y del peso del individuo. Una persona de 70 kg. Requiere, por término medio, 5 horas y 30 minutos para eliminar 10 cm3 de ginebra y 13 horas para eliminar 30 cm3


EFECTOS DE LA INGESTIÓN  DEL ALCOHOL:

Una persona que ha ingerido una pequeña cantidad de alcohol, se siente, generalmente estimulada, manifestándose de diferentes modos:

-    Cariñosos.
-    Sociables.
-    Puede convertirse fácilmente en una locuacidad excesiva.
-    Alteración del juicio crítico.

El tipo de conducta difiere además según los individuos, y depende, en gran parte, de la personalidad.

Un mayor consumo de alcohol, conduce a:

- Exaltación.
- Exceso de confianza en sí mismo.
- Alternancias súbitas entre el buen humor y la agresividad.
- Deambulación incoherente. 

A medida que aumenta el influjo del alcohol, la marcha se hace más insegura   junto con los  movimientos.

La intoxicación más intensa conduce a la inconsciencia total. El alcohol es un tóxico;  por eso la intoxicación, incluso la más ligera, puede describirse como un efecto de envenenamiento. Sin embargo, en la práctica, el término intoxicación alcohólica se reserva para los grados más intensos de intoxicación. Incluso la intoxicación alcohólica pasajera, puede en ciertos casos, conducir a lesiones orgánicas permanentes (lo expondremos en los casos de consumo por menores)

Si el contenido de alcohol en la sangre alcanza a 4 - 5 gr. por mil, pueden paralizarse partes vitales del Sistema Nervioso Central, haciendo cesar la respiración y la acción del corazón, con muerte consiguiente.

De cualquier forma, los efectos del alcohol dependen de múltiples factores como son la cantidad total de alcohol, en cuanto tiempo se consume, el peso corporal, el género, la edad, el humor o estado de ánimo, el ambiente en que se consume, la tolerancia adquirida, el consumo de medicamento u otras drogas, etc.

En determinadas circunstancias el consumo de alcohol conduce a reacciones mentales anormales como demencia alcohólica. Sin embargo, esto no es frecuente, excepto en los alcohólicos.

Los síntomas que se observan (siempre en individuos alcoholizados) son:

- Retraso de la actividad mental.
- Falta de memoria.
- Embotamiento de la sensibilidad.
- Alteración de la capacidad de juzgar la situación de tiempo y espacio.
- Temblores e incoordinación del movimiento muscular.

También puede existir visión defectuosa, particularmente nocturna; reacciones tardías y aumento de la fatiga después de los esfuerzos.

Estas alteraciones funcionales significan que el individuo intoxicado no se haya en condiciones satisfactorias con respecto a situaciones tales como la conducción de vehículos y trabajos de precisión. El mecanismo causal de todos estos trastornos es el efecto de alcohol sobre el sistema nervioso, dado que es una droga psicodepresora, y por lo tanto, está alterada la transmisión de los impulsos nerviosos, que impiden el funcionamiento normal. 

El alcohol produce sobre el organismo un efecto tóxico directo y un efecto sedante; además, la ingestión excesiva de alcohol durante periodos prolongados conduce a carencias en la nutrición y en otras necesidades orgánicas, lo cual complica la situación. Los casos avanzados requieren hospitalización.

Los efectos sobre los principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen un amplio rango de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan las úlceras de estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática, así como lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico.

Pueden llegar a producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores, síntomas del síndrome de abstinencia alcohólica más grave, y el delirium tremens, que puede ser mortal a pesar del tratamiento adecuado. Se ha demostrado en fechas recientes que la ingestión de alcohol durante la gestación, incluso en cantidades moderadas, puede producir daños graves en el feto, especialmente retraso en el desarrollo físico y mental; la forma más grave de este retraso,  se llama síndrome de alcoholismo fetal.   

Pero además el alcohol es una de las llamadas drogas «duras» y en algunos aspectos (síndrome de abstinencia) más peligrosa que las más temibles drogas ilegales. Por otra parte su proceso de adicción está potenciado ya que es  legal, universal y barata, incluso se potencia con una gran propaganda en la mayoría de los casos asociándole características que ciertamente no tiene, incluso contrarias a las que realmente posee.

DEPENDENCIA:

La dependencia se manifiesta a través del impulso irresistible a seguir consumiendo alcohol, aún a sabiendas de los perjuicios que produce. El bebedor en situación de dependencia ha perdido la capacidad de control sobre el consumo de alcohol:

- La dependencia física es el malestar físico experimentado por el organismo debido a la ausencia de la droga. Ejemplo: una persona con alcoholismo puede tener temblores, náuseas, insomnio, etc, si no bebe.

- La dependencia psíquica es el estado de inquietud psicológica y el fuerte deseo de consumir droga de forma continuada o periódica que experimenta la persona ante la falta de droga. Ejemplo: una persona alcohólica puede sentirse irritable, nerviosa y experimentar un fuerte impulso de beber.


SÍNDROME DE ABSTINENCIA del ALCOHOL (SAA):

Es un conjunto de signos y síntomas generalmente contrarios a la acción que producía la droga que lo ha provocado. Se puede originar por supresión de la droga o bien por precipitación. Más adelante ampliaremos estos conceptos. Tan solo tenemos que  añadir que es este síndrome de abstinencia el que provoca que un alcohólico tenga sueños vívidos, en los que sigue consumiendo, o se levante de madrugada para ingerir alcohol con el fin de que no descienda el nivel de alcohol en su organismo.





TABLA DE LOS MITOS Y CREENCIAS ERRONEAS EN RELACIÓN CON EL ALCOHOL 
(Adaptado del PROGRAMA PEDAGÓGICO de la  FUNDACIÓN ALCOHOL Y SOCIEDAD)

- Mito: El alcohol no es una droga.
- Realidad: El alcohol reúne las características de las drogas: modifica el comportamiento, crea dependencia física y psíquica, habituación y síndrome de abstinencia.


- Mito: El alcohol te da energía.
- Realidad: El alcohol es un depresor del sistema nervioso. Reduce la capacidad para pensar, hablar, moverse y todas las demás actividades.


- Mito: Beber sólo cerveza no produce ningún problema porque tiene pocos grados
- Realidad: Da igual el tipo de bebida que se beba, lo importante es el número de U.B.E. que se consuman. El alcohol que contiene una caña de cerveza es igual, por ejemplo, al de un chupito o un vaso de vino.


- Mito: Mezclar cerveza, vino y licores emborracha más que beber un solo tipo de bebida alcohólica
- Realidad: La alcoholemia, es la proporción de alcohol que circula por la sangre después de beber una cantidad determinada de alcohol y es lo que determina lo embriagada que una persona está. El mezclar bebidas con diferente contenido alcohólico no «emborracha más», pero puede provocar más malestar  estomacal y mareos al mezclar diferentes sabores.


- Mito: Todo el mundo reacciona igual al alcohol.
- Realidad: Existen muchísimos factores que afectan a la forma de reaccionar al alcohol: el peso, la proporción de agua y grasa, la hora del día, el estado de ánimo, la bioquímica del organismo, son unos cuantos ejemplos.


- Mito: Quien está más acostumbrado a beber, se emborracha menos.
- Realidad: Quien ha desarrollado tolerancia al alcohol no se emborracha menos, sino que muestra menos los efectos de la borrachera. Sin embargo, igualmente se emborracha y sufre los efectos de apatía, pérdida de coordinación y reflejos, etc.


- Mito: Una ducha fría o un café bien cargado te despejan.
- Realidad: Nada de eso. Nada torna sobrio de golpe a un ebrio. Se podrá estar más despierto o despejado, pero se sigue estando ebrio, «borracho», porque ni la ducha ni el café disminuyen el alcohol en sangre y seguimos sufriendo los mismos efectos.


- Mito: No es mi problema si uno de mis amigos bebe mucho.
- Realidad: Uno no puede hacer cambiar a alguien si el otro no quiere, pero no conseguiremos nada si al menos no lo intentamos.


- Mito: Lo peor que puede pasar con una borrachera es acabar con una resaca monumental.
- Realidad: ¡Cuidado! Si uno bebe bastante alcohol y deprisa, se puede llegar a ingerir una cantidad elevada que pudiera producir accidentes, un coma etílico o la muerte en pocas horas.


- Mito: El alcohol ayuda a «ligar».
- Realidad: El alcohol por su efecto inicial deshinibidor puede asociarse la facilidad para establecer relaciones sociales, pero nada más lejos de la realidad. La pérdida de control, el lenguaje farfullarte o la movibilidad titubeante no resultan muy atractivos para nadie.


- Mito: El que bebe demasiado sólo se perjudica a sí mismo.
- Realidad: Según estadísticas de nuestro país, los problemas del consumo abusivo afectan a una media de 4 personas más aparte del bebedor. Eso sin contar los accidentes mortales y no mortales que se originan por el abuso del alcohol. Mejor pensárselo, ¿no?.


- Mito: Beber alcohol durante la resaca la mejora.
- Realidad: En realidad la agrava, ya que es la misma sustancia que produjo la intoxicación. Otro mito es que las pastillas de vitamina B6, tomadas antes o después de beber evitan la resaca; su única utilidad es la aplicación por vía intramuscular en casos graves.


- Mito: Manteniendo en la boca un chicle, dos granos de café o soplando de determinada manera, se engaña al alcoholímetro.
- Realidad: Estos métodos no funcionan porque el alcoholímetro mide igualmente el alcohol, aunque haya otras sustancias. Además, si la policía entiende que alguien está intentando realizar incorrectamente la prueba, pueden considerar que está cometiendo una falta muy grave (negarse a hacer la prueba).


- Mito: Se puede eliminar más rápidamente el alcohol del cuerpo haciendo ejercicio o vomitando.
- Realidad: Por estas vías se expulsa menos de un 2 % de alcohol, insuficiente para afectar al nivel de alcoholemia o a la borrachera.


- Mito: Tomar dos cucharadas de aceite hace que el alcohol no siente tan mal.
- Realidad: Este método sólo recubre una mínima parte del estómago y permite el paso del alcohol, ya que el aceite es líquido.


- Mito: La tónica, los antiácidos y otras sustancias que protegen el estómago afectan al alcohol.
- Realidad: Aunque puedan reducir el malestar provocado por la mezcla de sabores o por el vómito, no afectan al nivel de alcoholemia ni hacen recuperar antes la sobriedad.


- Mito: Ciertas sustancias estimulantes hacen que se pase la borrachera.
- Realidad: Una mala idea. Pueden despejar momentáneamente, pero como no eliminan ni metabolizan el alcohol, seguimos teniendo el mismo nivel de alcoholemia y los efectos del alcohol permanecen. Además, la mezcla de algunas sustancias con el alcohol producen terceros efectos que pueden producir daños al hígado e incluso la muerte.


- Mito: El alcohol ayuda a las personas a ser más sociables.
- Realidad: En pequeñas dosis, el alcohol puede hacerte sentir más lanzado, pero no mejora las relaciones sociales porque te hace hablar mucho, pero escuchar poco. Además, si uno se acostumbra, puede acabar necesitando beber cada vez que quiera relacionarse con los demás. Y no hay que olvidar que si te pasas puedes hacer cosas ridículas, arriesgadas o violentas.


- Mito: El alcohol quita el frío.
- Realidad: Al contrario; aunque al ingerir una bebida alcohólica hace que se note un rápido calentamiento de manos y pies, esto es debido a que el alcohol permite que la sangre alcance y riegue la piel, lo que produce la sensación de calor. Pero al mismo tiempo, la piel caliente en contacto con la temperatura exterior produce la evaporación de calorías del organismo.


- Mito: El alcohol facilita  las relaciones sexuales.
- Realidad:  Al contrario; la intoxicación etílica interfiere en la relación sexual. El alcohol puede producir relajación y hacer a alguien más interesado en el sexo, pero interfiere en la capacidad sexual y se tiene menos en cuenta las consecuencias: los embarazos no deseados, el SIDA, la pérdida o disminución de la respuesta sexual...

 
- Mito: Algunas bebidas, como el vino, son bueno para el corazón.
- Realidad: No, El alcohol no ha demostrado, hasta ahora, ser un producto beneficioso para la salud. Su potencial tóxico es incuestionable. No tiene ningún efecto terapéutico, al contrario, el alcohol daña el músculo cardíaco al hacer que este lata más deprisa, pudiendo incluso llegar a provocar infarto agudo de miocardio y angina de pecho.


- Mito: Tomar un chupito de licor tras las comidas ayuda a hacer mejor la digestión.
- Realidad: Al contrario; el alcohol irrita la mucosa que protege a las paredes del esófago y del estómago. Es éste el motivo por el que cuando se consume alcohol en exceso se producen vómitos. Además, la ingesta continuada de alcohol puede provocar múltiples complicaciones digestivas como gastritis, diarrea, estreñimiento y úlcera de estómago y de duodeno.


- Mito: Beber alcohol puede ayudar a superar la tristeza.
- Realidad: No.  El alcohol puede reducir momentáneamente los síntomas de ansiedad y nerviosismo, pero si se utiliza con este fin, es muy probable que acabe «enganchando» y que provoque aún mayor ansiedad. Igualmente, el alcohol puede hacer que olvidemos por un momento nuestros problemas, pero no los soluciona y al final se produce el efecto contrario, más tristeza y depresión.


- Mito: El alcohol no alimenta.
- Realidad: No tiene vitaminas. Lo único que hace es depositarse en las células adiposas y  abrir el apetito, lo que hace  que la persona engorde, pero es por los alimentos que come y NO por el alcohol en sí. El alcohol aporta calorías vacías.



imagen Curso Mediador Social en prevencion del Alcoholismo
Curso a distancia toda España y Latinoamerica MEDIADOR/A SOCIAL EN PREVENCION DEL ALCOHOLISMO




curso tecnico en drogodependencias y alcoholismo
Curso a distancia toda España y Latinoamerica: TÉCNICO EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS Y ALCOHOLISMO







imagen curso prevencion en drogodependencias





Curso a distancia toda España y Latinoamerica MEDIADOR/A SOCIAL EN PREVENCION DE DROGODEPENDENCIAS




No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...